BIENESTAR PSICOLÓGICO : Los Mitos de la Felicidad Estándar



 
Hola querida comunidad, en este viaje de autodescubrimiento y análisis que he emprendido, me sumerjo en la fascinante temática del Bienestar Psicológico. Este concepto, a menudo reducido a meros indicadores socioeconómicos, como salud, educación o relaciones, merece una exploración más profunda. ¿Es tan sencillo como alcanzar el clásico sueño americano para encontrar la felicidad?
Desde mi perspectiva, la respuesta es más compleja, con matices que deseo desentrañar a continuación.

La definición de bienestar psicológico varía según los autores; algunos lo vinculan estrechamente con el estatus socioeconómico, la educación, la salud y las relaciones personales. Sin embargo, sostengo que la complejidad del tema va más allá de estos parámetros aparentemente básicos. En mi opinión, cada individuo busca su propio bienestar psicológico, y este no debería regirse por las expectativas sociales preestablecidas. La clave reside en que cada persona tiene el control sobre su propia felicidad.

La sociedad y la cultura en las que nos desenvolvemos juegan un papel crucial en la determinación de nuestro bienestar psicológico. Occidente y Oriente representan dos paradigmas distintos, donde lo que puede considerarse bienestar para un monje budista puede ser totalmente opuesto para un estadounidense promedio. La conclusión es clara: el bienestar psicológico debe ser perseguido por la propia persona, independientemente de las expectativas sociales. Cada individuo tiene la responsabilidad de definir su camino hacia la felicidad.

En mi entorno, la sociedad promueve valores como el éxito, el poder, el estatus social y la fama, atribuyendo un nivel de felicidad a la consecución de estos objetivos. Sin embargo, cuestiono la premisa de que la posesión de bienes materiales y el cumplimiento de ciertos estándares sociales sean requisitos indispensables para la felicidad. ¿Realmente necesitamos todas esas cosas para ser felices? Claro, facilitan la vida y pueden contribuir a la felicidad, pero no son determinantes absolutos del bienestar psicológico.

La subjetividad del bienestar es un elemento clave en este análisis. Aunque la sociedad establece requisitos objetivos para ordenar la vida, el bienestar psicológico de cada individuo es subjetivo, moldeado por sus expectativas y perspectivas de la vida. Lo que para algunos es esencial, para otros puede ser secundario, y esta percepción puede cambiar con el tiempo, ya que nada en la vida es absoluto.

Para esclarecer estas ideas, es crucial considerar factores que impactan tanto a nivel objetivo como subjetivo. Aspectos como el nivel económico, la salud y la estabilidad laboral son objetivos y tangibles. Sin embargo, la realización personal, la satisfacción de metas, la afectividad, la autoestima y las relaciones sociales son factores subjetivos que influyen significativamente en el bienestar psicológico.

En resumen, el bienestar de una persona no puede ser medido por parámetros simplistas como el éxito económico o laboral. Más bien, abarca un amplio espectro de variables, poniendo un énfasis particular en la subjetividad. En última instancia, el mundo es subjetivo; cada individuo tiene su propio mundo y, por ende, su propia percepción de la realidad y del bienestar.

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